Cambiar las puertas de una vivienda puede parecer una reforma menor, pero en realidad tiene un impacto significativo tanto a nivel estético como funcional. Ya sea por renovación, seguridad o eficiencia energética, muchas personas se plantean esta mejora. Pero, ¿cuánto cuesta exactamente? La respuesta no es única, y los precios varían según múltiples factores.
El tipo de puerta es una de las principales variables. Las puertas interiores, por ejemplo, tienen un coste muy diferente al de las exteriores. Mientras que una puerta de interior de MDF puede costar entre 150 y 300 euros, una puerta blindada para la entrada puede superar los 1.000 euros fácilmente. La elección del material —ya sea madera maciza, lacada, aluminio o cristal blindado— influye directamente en el presupuesto final.
La mano de obra también afecta. Instalar una puerta no solo implica encajarla en su marco, sino también retirar la anterior, adaptar la nueva, y ajustar cerraduras y bisagras. El coste de un profesional puede oscilar entre 25 y 50 euros por hora, dependiendo de la ubicación geográfica y la complejidad del trabajo.
Además, si hablamos de domótica, el precio se incrementa considerablemente. Una puerta inteligente con apertura automatizada o control remoto puede superar fácilmente los 1.000 euros.
No debemos olvidar los accesorios: manivelas, cerraduras de seguridad, mirillas electrónicas o sistemas antipánico también suman al total.
Entonces, ¿por qué no todos los precios son iguales? Porque cada puerta responde a unas necesidades específicas, con materiales, medidas y tecnologías diferentes. Cambiar una única puerta estándar no costará lo mismo que renovar todas las puertas de un piso o instalar una puerta domotizada de gran formato.
En Fincas Gilser recomendamos solicitar siempre varios presupuestos, elegir materiales de calidad y considerar las condiciones de cada espacio antes de tomar una decisión. A veces, invertir un poco más desde el principio evita problemas a largo plazo.